jueves, 2 de junio de 2016

El poder del ejemplo

Buenos días:

Llevaba tiempo sin pasar por aquí, diré que he estado muy ocupado.
No paro de fijarme en los comportamientos que veo a diario, me encanta observar a la gente y hago auténticos esfuerzos por no juzgar. Realmente no siempre es fácil, dado que cada uno tenemos nuestros propios esquemas y creencias, de manera que muchas veces lo que hacen los demás nos rechina, nos extraña.
Observo en personas cercanas comportamientos que difieren mucho de la forma en la que yo veo las cosas y por supuesto en personas desconocidas. Uno intenta muchas veces buscar coherencia en los demás, a veces pienso que lo que realmente busco en coherencia en mi y utilizo a los demás como reflejo de lo que quiero y lo que no.
Después de esta breve reflexión quería hablarte hoy del poder que tiene el ejemplo que le damos a nuestros hijos.
¿Alguna vez te ha pasado que tu hijo no estaba escuchando, estaba jugando tranquilamente "a lo suyo" o ni siquiera estaba en la misma estancia, y luego te ha preguntado por algo de la conversación que tu acababas de tener con otra persona? ¿Cómo se ha enterado? Seguro que alguna vez, o muchas, te  ha pasado algo similar y esto me lleva a pensar que ellos siempre están pendientes de nosotros, somos sus modelos, somos sus referentes y hasta cuando parece que no nos hacen ni caso, están conectados a los que nosotros estamos haciendo.
Os voy a poner algunos casos en los que el ejemplo que damos está claro para los niños, independientemente de lo que luego queramos decir o hacerles pensar al respecto:
El reciclaje, es algo relativamente reciente , uno puede hacerlo si quiere, en función de tu conciencia, de aquello en lo que quieras fijarte. Yo si separo, reconozco que a veces es engorroso el tema de los envases, ya que son voluminosos y el contenedor no está cerca, aun así lo hago, por convicción propia y cuando mi hijo me dice que hay gente que no lo hace, por supuesto le doy la razón y le acompaño a tirar la bolsa de envases a su contenedor, así con el cartón y el vidrio también y junto hacemos un cálculo matemático, si con este gesto salvamos dos árboles, si lo hace una parte de lo 46 millones de personas que viven en España, estamos salvando algunos millones de árboles.
Lo importante no es el reciclaje en sí, sino la coherencia entre lo dicho y lo hecho.
Me ha gustado poner este ejemplo dado que algo real que me ha ocurrido hace unos días y me agrada compartir la experiencia contigo.
Al igual que pasa con esto, ocurre con muchas de las otras cosas que hacemos a diario, si no creo en algo o no quiero hacerlo, no lo hago, pero tampoco mando un mensaje contradictorio.
En muchas ocasiones escuchamos decir: "cómo te pille fumando ya verás", y lo está diciendo una madre con un cigarro de la mano, ¿qué le decimos a nuestros hijos?, ¿que el tabaco es malo?... si lo es da mucho que pensar, cuando menos que no será tan malo si mi madre lo hace.
Es como cuando les decimos que no se grita o que el móvil no se usa en la mesa, ¿qué estamos haciendo nosotros al respecto?. ¿No gritamos nunca?. En muchas ocasiones intentamos convencer a los pequeños de que nuestras excusas para hacer lo que decimos que no se debe hacer, son mas válidas que las suyas.
Podemos decir todo lo que queramos, que ellos se quedarán, como ya hemos dicho otras veces, con lo que hagamos realmente, si escupimos, escupirán, si nos metemos el dedo en la nariz, ellos lo harán, sino recogemos las deposiciones de los perros, eso será lo que les estamos enseñando.
En definitiva, la forma de sentarnos en la mesa, la forma de caminar, lo que comemos o bebemos, lo ven nuestros hijos. Y especialmente son conscientes de la coherencia en nuestro proceder.

Espero que esto que escribo hoy nos ayude a todos a reflexionar un poco, sobre lo que hacemos y sobre cómo lo hacemos.

Feliz día.

Jairo

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