sábado, 21 de noviembre de 2015

Nosotros tenemos flores...

Buenos días.
Hoy no voy a escribir mucho. Simplememte quiero compartir con vosotros un breve video que a raiz de lo acontecido en Francia nos muestra como un padre habla a su hijo respecto al tema. Le habla en su lenguaje, con cercanía pero con la sobriedad que merece la situación. A su altura y además le cuenta toda la historia... breve y concisa acorde a su edad.
Todas ellas son técnicas de las que propongo para conunicarnos con nuestros hijos.
Recordad que la vida no es color de rosa aunque nosotros querríamos que lo fuera para nuestras personas queridas...
Muy recomendable el video, me parece muy buena idea difundirlo.

http://www.gestionandohijos.com/educar-para-la-paz-ellos-tienen-pistolas-pero-nosotros-tenemos-flores/

Feliz domingo

Jairo

jueves, 12 de noviembre de 2015

Charla-taller gratuita

Hola a todos:

Hoy no voy a escribir, secillamente quiero compartir con vosotros que la semana próxima voy a impartir una charla taller sobre "comunicación en la familia"en Renedo de Esgueva (Valladolid).
Estoy preparando unas claves sencillas que funcionan y alguna dinámica o actividad que fomente que la gente participe y aprenda de sus propias experiencias.

Allí nos vemos, mucho mejor es vivirlo que leerlo.

Jairo

viernes, 23 de octubre de 2015

Cosas que pasan

Hola a todos:

Me ha ocurrido algo esta semana que me ha llamado la atención: estaba en una plaza merendando con mi hijo en un banco y teníamos delante dos niños y dos niñas de unos cinco o seis años que estaban arrancando las hojas de los arbustos como diversión, así durante unos 10 minutos que les prestamos atención y me dio pié a debatir con mi hijo sobre lo que estaba pasando, saber su opinión al respecto sin juicios, hecho que aunque no es sencillo cuando no opinan como nosotros, nos ayuda mucho a mejorar el nivel de comunicación.
Por otro lado los padres, que estaban a unos metros, no se han dado cuenta o no se han querido dar cuenta de lo que estaban haciendo sus hijos o les parecía bien, en cualquiera de los dos casos me llama la atención, pero lo cierto es que daba la impresión de que tenían una conversación los suficientemente importante como para no mirar a tus hijos que juegan al lado tuyo durante todo este tiempo. Me ha resultado curioso...
Al día siguiente estaban un grupo de niñas jugando sentadas en círculo, cantando canciones del juego y dos padres y una abuela tan pegados que las niñas chocaban con ellos al ponerse de pie... intervenían intentando influir en el juego y las niñas les ignoraban todo lo que podían mientras muy cerca una abuela discutía con su nieto en motivo de que no se integrase en el círculo de niñas (solo niñas) que habían montado ahí al lado. Daba la impresión de que el niño tenía otra idea de diversión diferente.

Me he encontrado en la misma plaza y con niños y niñas de una edad muy similar dos actitudes de los adultos bastante llamativas. La típica de conversación de parque en la que solo nos acordamos de que tenemos hijos cuando éstos lloran y nosotros nos preguntamos extrañados qué ha podido pasar y la de aquellos padres que creemos que nuestros hijos no saben jugar ni hacer nada si no sienten nuestro aliento muy cerca... Les hacemos un marcaje muy férreo, estando muy cerca y pretendiendo dirigir sus juegos, sin dejar que ellos desarrollen sus propias cualidades para hacerlo, o quizá son demasiados pequeños. O quizá nosotros somo demasiad mayores para darnos cuenta de los intereses de los niños pueden ser diferentes a los nuestros y que las reglas implícitas en el mundo de una persona de seis años no son las mismas que las de un adulto de cuarenta y cinco.

Lo que os planteo hoy es que penséis en que punto os encontráis cada uno, y si realmente os parece el más adecuado y beneficioso para vuestros hijos, no mirando desde nuestro punto de vista que está influenciado entre otras muchas cosas por tener que hacer frente a los pagos, por ser correctos socialmente y por el cuento que nos repetimos de ser unos super padres... No lo vamos a ser, nuestros hijos probablemente tendrán que enfrentarse en su vida, en el colegio, en el instituto, con sus futuras parejas, etc con cosas que nos les gusten, con contratiempos, con alegrías y tristezas. De nosotros depende prepararles para eso o hacerles creer que todo es de color de rosa. De nosotros depende dejarles que vayan solucionando sus cosas a su nivel para que cuando el nivel de dificultades aumenten tengan estrategias y destreza en hacerlo o, como muchas veces escuchamos, ya tendrán tiempo.
¿Qué es lo que quieres tú como padre?
¿Eres consciente de que no es posible que nunca sufra?
¿Quieres que vaya entendiendo ya que no todo es perfecto?

Te dejo estas tres preguntas, sería genial que las pensases en profundidad, incluso que te las escribas y si te das cuenta de algo, actúes.

Feliz fin de semana

Jairo

martes, 29 de septiembre de 2015

Te va a reñir el señor

Hola a todos:

Hoy vamos a hablar, después de un mes muy atareado vuelvo a escribir, sobre alguno de los temas que he reflexionado últimamente, y es la costumbre que veo con mucha frecuencia de delegar la disciplina en los demás... frases como con la que titulo este post o aquellas del tipo "se lo voy a decir al policía" me hacen pensar que si nosotros no les vamos inculcando unos mínimos de disciplina a nuestros hijos, no será nada fácil que los reciban de otros ambientes.
Que si nuestros hijos no nos respetan lo suficiente, si somos de los que decimos habitualmente, incluso desde bien pequeños, " es que no puedo con él" "mira  a ver si a ti te hace caso porque a mí..."  cómo esperamos que respeten y hagan caso a la dependienta de una tienda, a la policía de proximidad o al cualquier otro adulto. Si nosotros representamos al adulto de referencia para ellos, y como ya hemos dicho en anteriores post, no somos coherentes, va a ser muy difícil que ellos entiendan que deben respetar u obedecer a otras personas.

No es el policía o el jardinero el que debe llamar la atención a nuestros hijos llegado el caso, somos nosotros los primeros que debemos atajar las conductas que no son adecuadas, si lo hacemos con frecuencia y somos ejemplo de lo que decimos, nuestros hijos lo van a interiorizar, va  a formar parte de su día a día.

Yo jamás he pisado unas flores que plantan en las plazas en primavera, incluso si se ha colado la pelota he evitado siempre pisarlas y he procurado acercarme con sumo cuidado en caso de necesidad, por tanto mi hijo es lo que ha visto desde pequeño, ese respeto a las zonas naturales, al igual que a los animales en general, por tanto será muy probable que él haga lo mismo y por extensión será muy improbable que alguien tenga que llamar la atención a mi hijo por pisar flores o por dar una patada a un perro, dado que eso está fuera de nuestro comportamiento habitual, forma parte de aquellas cosas que he interiorizado que no son adecuadas, de manera que no las hago habitualmente.

Cuando nuestros hijos se están comportando de una forma inadecuada para el contexto en el que nos encontramos, nos vale el ejemplo de la flores, somos nosotros lo primeros que debemos intervenir con firmeza, sin que nos valga que los demás también lo hacen.

El hecho de mirar para otro lado, o recurrir a la amenaza, irrisoria para nuestros hijos normalmente, de que es otra persona la que les va a llamar la atención, nos está restando autoridad y credibilidad, dado que estamos demostrando que no sabemos o no queremos afrontar este tipo de situaciones en las que estamos faltando el respeto a los demás.
Otra cosa es que la conducta que estén teniendo nuestros hijos no nos parezca para tanto, esto es algo muy habitual entre los padres de hoy en día, los padres motivados como dice Capdevila, y si bien creo que es muy importante que decidamos que tipo de batallas queremos librar con nuestros hijos, me parece tanto o más que les orientemos en cómo se tienen que comportar en los distintos momentos sociales.
Esto último nos va a ayudar a que tengan unos comportamientos adecuados en el ambiente escolar o en cualquier otro en el que nosotros no estemos. No podemos pretender que nuestros hijos se porten de un modo que no conocen, que tengan respeto por los demás si nosotros no se lo hemos demostrado, por ellos mismos lo primero, por nosotros y por los demás a continuación.
Un último ejemplo por hoy, si nosotros de forma habitual nos referimos a sus maestros de forma despectiva, qué tipo de importancia le van a dar nuestros hijos a que éstos les llamen la atención o les intenten enseñar cosas... Si mi tutora me riñe pero mamá dice que no tiene ni idea yo decido que no voy a hacer ni caso ni a mi tutora ni a mi madre como hago habitualmente.

Es un poco denso este post, pero es algo en lo que si queremos seguir mejorando como padres debemos fijarnos.

Feliz día y hasta muy pronto.

Jairo

martes, 25 de agosto de 2015

Preguntas con respuesta

Hola a todos
Ya estoy centrándome en la vuelta del descanso estival.
Hoy quería hablaros de las preguntas que les hacemos a los niños. Normalmente les hacemos o bien preguntas muy abiertas que pueden dar lugar a respuestas inesperadas y no deseadas por nosotros o bien les preguntamos si quieren hacer algo, por ejemplo irnos a casa con lo que nos arriesgamos a que la respuesta sea la contraria a la que queremos obtener.
Voy con un ejemplo de cada una. En el caso de las preguntas abiertas no imaginamos cualquier mañana de verano en la que le decimos a nuestra hija de 6 años ¿qué te quieres poner hoy? Puede ocurrir que le apetezca llevar unas botas de borreguillo con un disfraz de sevillana tres tallas pequeño... la respuesta por parte de nuestra hija es correcta, como cualquier otra combinación que se le pueda venir a la cabeza, para evitar esto es mucho mejor que le demos dos o tres opciones a elegir, de manera que la respuesta a nuestra pregunta está dentro de nuestro abanico de control. Esto lo podemos extender a cualquier otro tipo de pregunta, no le diremos a nuestro hijo ¿qué quiere cenar?, sino ¿ prefieres salchichas o tortilla? (Siempre que nos parezca adecuado dar a elegir en ese momento).
Por otro lado, en el segundo caso, no debemos dar opción a que nos digan sí cuando queremos obtener un no o viceversa. Si ha llegado el monento de irnos a casa del parque, no les preguntamos si se quieren ir, como ya les hemos explicado que a las ocho nos íbamos, nos vamos y podemos ir hablando o dando opciones sobre el baño, la cena o el pijama. Se trata de hacerles participar teniendo el control de la situación.
Es conveniente tratar de jugar en nuestro terreno, así evitamos discusiones y enfados innecesarios.

Gracias por leerme.

Jairo

lunes, 20 de julio de 2015

Inteligencia Emocional

Hola a todos:
La Inteligencia emocional... esa que parece estar tan de moda últimamente...
La inteligencia emocional realmente no es mas (ni menos) que darnos cuentas de las emociones de los demás, de cuando están tristes, alegres, emocionados o lo que sea y saber actuar con ellos de acuerdo a lo que están sintiendo. Se dice que tener un buen nivel en inteligencia emocional es el doble de importante que tener un alto coeficiente intelectual.
A nosotros lo que nos interesa es cómo utilizamos esto con nuestros hijos, ahora y en adelante. Lo ideal y así lo hacían las madres antes, es distinguir desde bien pequeños cuáles son las emociones de nuestros hijos, desde sus primeros llantos, ir reconociendo cuando lloran por un motivo y cuando lo hacen por otro. Incluso nos encontraremos con que habrá veces en que simplemente lloren... sin que les pase nada... será su forma de expresarse.
Cuando ya van siendo más mayores debemos prestar atención a cómo se sienten, esto es lo contrario de lo que solemos hacer preguntándoles sin esperar respuesta diferente a la que ya tenemos preconcebida. Se trata más bien de observar, de ver cómo ser relacionan con los demás, con sus iguales principalmente y con nosotros, de entender por qué reaccionan de un determinado modo y saber con qué tienen relación.
Y sobre todo cuándo algo pase fomentar que se hable de ello, no es necesario como he dicho ponernos pesaditos con ellos sino intentar que suelten lo que les ha pasado y esto se consigue estando atentos del momento en el que ellos lo van a querer hacer, que seguramente no coincidirá con el que nosotros hemos decido que lo hagan.
Recientemente he tenido una decepción, respecto a una noticia que esperaba y no ha sido todo lo buena que esperaba, no está mal es cierto, me decía mi hijo, pero podría ser mejor y así lo esperaba yo y me he sentido decepcionado... Estamos educados, especialmente los chicos de mi edad y más, a ocultar las emociones, a que no se nos note débiles y a que no es adecuado llorar. Pues sí lo es, si somos sensibles es mucho mejor sacar fuera como nos sentimos en cada momento y es muy bueno que acompañemos a nuestros hijos a que expresen cómo se sienten, siempre que quieran , siempre que nos parezca necesario, siempre que pase algo y eso es lo que me pasó a mi, me sentí decepcionado y aunque la primera tendencia fue a ocultarlo, pues tenemos la creencia de que nos mostramos débiles ante los demás y especialmente tenemos esa intención de ser para ellos como héroes. Ya lo somos, no nos quepa duda.
Pues bien, demostré como me sentía, y si el me preguntaba yo le contestaba y le daba todo el tipo de explicaciones que rodeaban al momento, no me siento suficientemente reconocido, yo lo veo de otro modo, estoy triste, lo que sea que sientas tiene nombre y al nosotros demostrárselo a nuestros hijos estamos sembrando para que ellos lo hagan también.
Eso sí, cuando llegue su momento. Lo que quiero que saquemos hoy de aquí es que si nunca hablamos de sentimientos, ellos seguramente tampoco lo hagan, al menos con nosotros. Que si no les enseñamos lo que es la tristeza, la contrariedad, en enfado, la alegría, luego les resultará muy difícil canalizar estas emociones cuando las sufran o las disfruten; siempre será más fácil si las conocemos. Y si nuestros referentes también tienen emociones, no será malo que yo las tenga también.
El conocimiento de las emociones de nuestros hijos nos van a facilitar enormemente la comunicación con ellos, no se nos olvide.

Gracias por leerme.

Jairo

A continuación os dejo un vídeo explicativo de las seis emociones básicas de D. Goleman, para aquellos que no quieran leerse el libro. Es una forma de ampliar nuestro conocimiento al respecto y de tener una noción clara de lo que son las emociones más habituales en nuestros hijos, ya que vienen incluso con algún ejemplo.




jueves, 16 de julio de 2015

¡Cuidado hijo!

Hola a todos:
 De esto me apetece hablar hoy, de las veces que les mandamos a nuestros hijos tener cuidado... ¿Acaso ellos tienen miedo? 
Es muy cierto que ellos no suelen ser conscientes del peligro, normalmente porque no han tenido una experiemcia que les haya enseñado las consecuencias de determinados actos y nosotros si... tendemos a trasladarles nuestros miedos. Una vez a un niño jugando se le salió un hombro y desde entonces mi abuela cada vez que alguien se agarra a un niño pide pavorosa que eso pare, calculo que aquello pasó hace 60 años o mas... ¿os imagináis que desde hace ese tiempo no hubiésemos permitido a ningun niño por los miedos de mi abuela?
En ocasiones pecamos de esto, trasladamos nuestros miedos, nuestras inseguridades y nuestras creencias limitantes a nuestros. Por supuesto que una de nuestras obligaciones como padres es protegerles. Desde luego que no vivimos en las mismas condicines de hace 30 o 40 años cuando los niños y niñas nos criabamos en la calle jugando y salvo que hubiese que coser todo se arreglaba con mercromina. Pero ¿es bueno para nuestros hijos que les evitemos todo riesgo y por ende todo aprendizaje? ¿ A cuántos de.nosotros todo nos ha salido siempre bien a la.primera? y si así hubiese sido ¿cuanto hemos.aprendido de eso?
Gracias por leerme.
Feliz día.... yo lo voy a tener porque así lo he decidido... aunque nadie ha dicho que vaya a ser fácil.
Jairo

domingo, 5 de julio de 2015

¿Qué es la paciencia?

Buenos días
Ultimamente me vengo fijando en la paciencia... desde el punto de vista de los niños... es una cualidad muy poco entrenada y desde el punto de vista de los padres parece que no tenemos paciencia para enseñar a nuestros hijos a ser pacientes.
Los niños no nacen con el don de esperar a que para nosotros sea un buen momento ni por supuesto entienden, ni tienen por qué, que nosotros podamos tener otras necesidades en ese momento.  
Somos nosotros, como en todo, los que tenemos que irles ayudando a que sean capaces de esperar, de entender que su necesidad, que la mayoría de las veces no es tan importante, puede esperar unos minutos.
 Esto les va a ayudar a ser más felices, porque va a evitar que el conseguir su objetivo de forma inmediata y pasando por encima de lo que sea les genere esa ansiedad que muchas veces vemos y sobre todo... seamos conscientes de que hay cosas, deseos, que no se pueden conseguir, o al menos no en ese preciso instante. Si les estamos acostumbrando a que todo sea sí y ya... cuando no pueda ser (hay cosas que no pueden ser, por suerte) les va a provocar una frustración a la que no están acostumbrados y eso va a provocar que se multiplique aquello que estamos intentando evitar.
Seguramente su reacción no va a ser buena.
Cuando decimos que un niño se conforma con cualquier cosa, normalmente no es por casualidad, sino porque hemos ido acostumbŕándoles y haciéndoles ver que sus necesidades importantes están cubiertas y que sus caprichos a veces se pueden atender y otras veces no. El sentirse seguros y tener límites les va a hacer sentirse más felicies y ¿no es esto lo que queremos realmente?

Feliz día.

jueves, 18 de junio de 2015

¿Nos comunicamos?

Buenas noches:

Hoy toca reflexionar sobre cómo nos comunicamos con nuestros hijos... hay mucha teoría respecto a esto pero realmente y para que todos nos entendamos lo que nos interesa es tener una comunicación efectiva con nuestros hijos y en la efectividad va implícita la afectividad. Si en nuestra comunicación con ellos no les llegamos, no les hacemos sentir queridos y escuchados desde pequeños, estamos provocando un alejamiento, estamos provocando que vayan evitando tratar ciertos temas.
Cuando los niños son pequeños sus preocupaciones vitales suelen ser bastante insignificantes para nosotros, se nos suele olvidar que para ellos en ese preciso momento, es lo más importante que pasa en su vida.
Si no tenemos tiempo para escucharles tres o cuatro minutos, ya que no suele ser mucho más, cuando les pasa algo importante para ellos con cinco años, ¿cómo podemos esperar que nos cuenten algo importante para ellos con quince?.
En esto reside la clave, en crear desde hoy mismo, sea la edad que sea, un clima de comunicación, basado en el respeto, en la ausencia de juicios y en la diversidad de opiniones como enriquecimiento, no como motivo para discrepar.
Si nuestros hijos se sienten escuchados y respetados, tenderán a comunicar más, a contarnos más cosas y por imitación a respetarnos a nosotros también.
El tema de la comunicación efectiva tiene mucho mayor importancia de la que le solemos dar, expresiones como "es muy pequeño", "no entiende", "eso son cosas de mayores", etc... lo único que hacen es evitar hacer lo que tendríamos que hacer en el momento que lo tendríamos que hacer, es decir, cuando surge la pregunta, la duda, la conversación... Vamos a hablar con ellos de todo, adecuado a su edad, por supuesto, pero de todo, si evitamos temas les estamos enseñando a que ellos los eviten también y quizá cuando nos empecemos a interesar realmente por lo que piensan y sienten ya sea tarde para que ellos tengan interés en contárnoslo a nosotros.

Feliz fin de semana.

Continuaré con esto, estoy profundizando mucho en el tema y el sábado pasado ya impartí un taller sobre este tema con mi compañera y amiga Inés de Dios (coach de familia).
Gracias por leerme

Jairo

viernes, 5 de junio de 2015

Hoy, de repente, voy a dar las gracias....

Hola de nuevo a todos (y todas):

Reflexionaba sobre aquellas veces que le exigimos a nuestros hijos que den las gracias o pidan las cosas por favor.... lo cierto es que normalmente cuesta si no es un hábito que tenemos nosotros ¿tú das las gracias continuamente? ¿pides todo por favor, incluso a tu pareja?.. si es así será mucho más fácil que nuestros hijos interioricen este hábito, como cualquier otro.
Ya lo vimos el otro día en el vídeo, nuestros hijos hacen lo que ven... si nosotros nos sentimos algo ridículos o violentos dando las gracias o pidiendo las cosas por favor, en casa, en un bar, en el supermercado, donde sea, es difícil esperar que esta sensación no se multiplique en nuestros hijos.
No se nos olvide que eso de "haz lo que yo diga, no lo que yo haga", no deja de ser una milonga, los niños tienden a reproducir lo que ven en nosotros, siempre nos están observando, incluso cuando no somos conscientes de ello. ¿No os ha sorprendido alguna vez haciendo o diciendo algo? si el no estaba mirando...

Parecen muchas cosas pero si nosotros somos agradecidos y correctos en el trato con los demás nuestros hijos seguramente lo serán, porque lo raro será que actúen de otro modo.
Eso sí debemos tener siempre en cuenta que ellos repiten las conductas que ven y sobre todo las que perciben, cuando nosotros intentamos disimular porque están ellos delante... no sirve, en algún momento en el que no nos demos cuenta saldrá nuestro verdadero yo y ese, y no cualquier otra cosa, será la que nuestros hijos van a imitar...

Piénsalo, por muy buen actor que te creas, tu hijo es mejor espectador...

Gracias por leerme.

Jairo


viernes, 29 de mayo de 2015

Hoy me he encontrado.... (2)

Hola: 
Ya estoy de vuelta que he tenido una semana muy ocupada...
Hoy me apetece dar mi opinión sobre las amenazas.... continuamente estamos escuchando a padres y madres decir: "como no me hagas caso no vas al parque", por ejemplo, y claro, la gran mayoría de las veces no lo cumplimos, eso o lo que sea, pero lo que realmente me parece para cuestionarnos es que la gran mayoría de las veces que formulamos cualquier amenaza, sabemos de ante mano que no lo vamos a llevar a cabo... eso sí que es algo que nos podemos plantear, no decir nunca cosas que no estemos muy seguros de ir a cumplir.
El no cumplimiento de las cosas que decimos que vamos a hacer, sean positivas o negativas no deja en un lugar complicado respecto a nuestros hijos. Si mi padre o madre no cumple las cosas que dice, ¿qué ejemplo me está dando? ¿qué respecto me merece? y aquí reside uno de los motivos por los que nuestros hijos "pasan" de nosotros... nos convertimos en personas incoherentes que cumplimos nuestros compromisos en función de los factores externos, es decir, si vengo cansado, si tengo que hacer tareas de la casa, si hace fresco, si mi marido me pone mala cara, etc.
Cualquier excusa que nos pongamos y que para nosotros justifique el motivo de no hacer lo que hemos dicho que vamos a hacer nos está haciendo perder puntos con nuestros pequeños. Esto no ocurre ni en un día ni en dos, incluso salirse de la norma un día hace que eso sea especial, pero si por costumbre mi hijo sabe que digo una cosa pero finalmente voy a hacer cualquier otra, por muy buen motivo que yo tenga, está aprendiendo que mi palabra no es de fiar, y ahora viene la pregunta que deberías hacerte ¿tú te fiarías de alguien que no hace lo que dice que va a hacer? ¿tú seguirías a alguien que se compromete a cosa que luego no hace?, pues seguramente eso es lo que hacen nuestros hijos cuando les decimos que algo va a pasar y finalmente no pasa... dejan de seguirnos, dejan de fiarse de nosotros y por lo tanto dejamos de ser un referente para ellos, vamos perdiendo su respeto y finalmente no somos un ejemplo moral para ellos... es para pensárselo mucho.
Ya para terminar os diré que no me valen las típicas excusas que nos ponemos para auto justificarnos, del tipo: es que es muy pequeño (esto lo escucho a diario, en fin serán pequeños pero suelen ir un paso por delante de nosotros ya que ellos se quedan con la esencia, no con lo que les queremos hacer creer), es que hoy es un mal día (tu hijo es para toda la vida y puede que malos días haya muchos), no me da tiempo (claro, pues prioriza), y un largo etcétera... estoy seguro de que tú tienes la tuya propia o conoces algunas que habrás oído por ahí.
La coherencia va muy unida a todo lo demás... no se nos olvide.

Feliz fin de semana.

Jairo

Os dejo el vídeo, "los niños ven, los niños hacen"


miércoles, 20 de mayo de 2015

Hoy me he encontrado

Buenos días a todos (y todas):

Me ha gustado titular esto así porque es cierto que cada día, muchos, casi todos... me encuentro con situaciones que me hacen pensar en lo que estamos consiguiendo con nuestros hijos.

Entiendo perfectamente a los padres y madres, yo también soy padre, y entiendo que en algunos momentos podamos flojear en nuestra responsabilidad de educar a nuestros pequeños.... sobre todo si están enfermos, o si nosotros estamos especialmente cansados u ocupados.

No que no entiendo es la decisión firme que observo cada vez en más familias de darle TODO al niño, sin límites, sin medida y sin cabeza. ¿De verdad creemos que por hacer esto estamos queriendo más a nuestros hijos?. 

Voy a verter ahora una opinión personal: De este modo, no estamos queriendo más a nuestros hijos, estamos haciendo lo fácil, es mucho más fácil comprar la felicidad de nuestros hijos, darles todo lo que piden por que nos resulta  más cómodo que hacer valer nuestro rol paterno, porque comprar o dar resulta cómodo y satisfacemos una necesidad inmediata de los pequeños ¿eso es lo que nos importa realmente? ¿hasta donde van a llegar sus caprichos? ¿vamos a poder decir siempre que si a todo?. 
Querer a nuestros hijos seguramente pase por hacer lo que sea mejor para ellos, no para nosotros, enseñarles a pensar, a imaginar y a querer.... esto requiere ganas y tiempo, no mucho tiempo sino tiempo bien dedicado, tiempo de calidad.. ¿Estamos dispuestos?

Hoy no tengo mucho tiempo... Seguimos en otro momento.

Feliz día

lunes, 18 de mayo de 2015

Comienza una nueva aventura

Hola a todos:

Hoy con la creación de este blog comienza una nueva realidad llamada Akenatón Coaching.
Desde este blog voy a pretender trasladar inquietudes, pensamiento e informaciones relacionadas con el Coaching, especialmente con la familia y con la relación de los padres con los hijos.
Vengo observando el cisma que se está produciendo entre los padres y los hijos, desde bien pequeños los niños nos van utilizando como un medio para conseguir sus objetivos, atrás quedaron hace muchos los padres autoritarios y las madres amas de casa.
Ahora nos enfrentamos a una sociedad en la que se da prioridad a que no nos falte de nada y muchas veces eso nos lleva a que nos falte lo más importante.
Al final de estas lineas introductorias os dejo un enlace a un vídeo que es una pequeña declaración de intenciones, no llega al par de minutos y podría darnos para pensar un poco.

Mi nombre es Jairo, soy Coach especializado en aspectos familiares, soy formador y diplomado en Educación Especial y en Educación Infantil.
Esto es para aquellas personas que conceden credibilidad a los demás por su curriculum (mortis) ... Yo soy un soñador que cree que el mundo se puede dejar un poco mejor de lo que nos lo estamos encontrando y mi contribución va a ser ofrecer mis cualidades: la escucha, la sonrisa y mi interés por las personas. Y sobre todo soy padre.

Por supuesto que me gusta disfrutar de las cosas, las sencillas y también las que se compran con dinero, no soy tan zen pero si voy descubriendo que mi vida tiene un sentido diferente si puedo aportar algo a la de los demás. Me gusta darme mis caprichos, que también disfruto más si son compartidos.

No me gusta especialmente utilizar el todos y todas, amigos y amigas, aunque tampoco tengo inconveniente en hacerlo, supongo que con un plural genérico nos entendemos bien. Uno de los descubrimientos más importantes de mi último año es que no tengo apego a tener razón. 

Ojalá en breve alguien lea lo que escribo, e incluso se anime a participar, a discrepar.... siempre sumando.

Jairo